- Se llama Supay Picante y es un aguardiente de locoto creado en La Paz que desmitifica la rústica reputación que tienen algunos de los destilados de su clase; es sutil pero con algo de picante, una fusión que solo si se prueba se puede entender. El objetivo de su creación es convertirse en un trago típico boliviano en los siguientes años.
Fue creado por la empresa Master Blends, fundada en noviembre de 2012. Su botella transparente guarda 750 ml de un aguardiente de 35 grados de alcohol, que posee un color natural obtenido gracias a la cáscara de limón.
Enseña, además, una etiqueta con la figura de una máscara de diablo, figura andina tan representativa para Bolivia, sus mineros, sus mitos y leyendas. También una litografía del Cerro Rico de Potosí que llegó a Bolivia desde España en el siglo XVI.
“Queríamos crear un trago con el que los bolivianos se sientan identificados. El locoto es el picante con el que más nos sentimos de esa forma. Su sabor tiene muy buena permanencia en la boca y no así el picante. Se comporta muy bien con los otros ingredientes, que son la cáscara de limón, la canela y el anís”, explica su creador, el enólogo y agrónomo español Joan Carbó.
El primer vaso del diablo
Carbó recomienda tomarlo de golpe con un sorbo largo, pero la curiosidad por su sabor durante el primer trago hace que la experiencia tarde un poco más que eso. Segundos después un calor interno y suave se siente en la boca y la garganta, a medida que el locoto las recorre.
Desde que llegó a Bolivia, este enólogo tenía la idea de juntar el alcohol con el locoto y unió fuerzas con Daniel Lonsdale.
“Queríamos realzar un poco a las bebidas alcohólicas bolivianas porque tenemos muy poco. Existen algunos buenos vinos y singanis, pero pensamos que debíamos aportar con un trago que tenga un rango más amplio”, explica Lonsdale.
El nombre y la imagen llamativa nacieron de la relación entre el picante del locoto y la sensación de calor extremo que a veces provoca a través de las comidas, como si hubiese fuego en el paladar. Y, por supuesto, el lugar más ardiente que existe es' el infierno -gracias a la religión y creencias tradicionales- y su habitante más famoso es el diablo, cuyo nombre en el mundo andino es, entre otros, supay.
El fondo, si se quiere, más “goloso” del Supay lo proporcionan la canela y el anís.
¿A qué sabe?
El Supay sigue todo un proceso artesanal, que incluye la maceración de los locotos y de las cáscaras de los limones -ambos cultivados en los Yungas- antes de estar listo en alrededor de cinco semanas.
Luego del segundo shot, el frío del invierno paceño desaparece y es mucho más fácil relajarse. En ese momento surge la pregunta a tres de los cuatro socios, de Master Blends: ¿a qué les sabe?
“A mí me recuerda cuando era pequeño y me metí al refrigerador y sabía que no había probado esos frutos que eran los locotos. Me los comí, empecé a llorar y me toqué los ojos y todo empeoró. Fue básicamente una tragedia, es increíble cómo a pesar de ello ahora me encanta el picante. Quiero decir que para mí significa -de alguna forma- lo prohibido”, cuenta Jaime Gutiérrez, uno de los socios.
El ideólogo del Supay evoca recuerdos diferentes. “Para mí es la sumatoria de mi vida mediterránea en España -por la cáscara del limón y su olor tan característico-, y en Bolivia por el locoto y porque el Supay ha nacido aquí. No puedo olvidarme de ninguna de las dos cosas. La bebida en sí es muy fina, lo único atrevido es el picante”.
En su fábrica de la ciudad de El Alto se observa cómo los ayudantes con mucha delicadeza con un cuchillo y un pelador -de los que usan los vendedores de jugo- retiran la parte más externa de la cáscara del limón sin pepa. Posteriormente, se inicia el proceso de elaboración con los locotos, el anís y la canela.
El objetivo: ser un icono
“Su sabor es único. Quiero -y queremos- continuar, un poco, con la historia de mi familia, con el sueño de mi abuelo que es tener con el tiempo una destilería de alto nivel en Bolivia y apoyar a que lo nuestro se conozca internacionalmente”, dice Lonsdale, nieto del fundador de Destilería Boliviana y pionero en el rubro, Jorge Lonsdale.
Para sus creadores es un trago que sirve para diferentes ocasiones, ya sea como acompañante de comida o “bajativo”, sólo o con algún energizante.
Actualmente, el Supay se encuentra en la licorería De Jarana en Cochabamba, en el supermercado De Licor y en el restaurante Gustu, ambos en la zona Sur de La Paz. El costo es de 109 bolivianos.
No es posible explicar el Supay Picante si no se lo ha probado, algo que queda claro después del tercer vaso. Para ese momento el picante se torna el algo casi natural al paladar.
Se trata de una bebida suave pero caliente, fina pero atrevida y nueva que le brinda un tributo al locoto, presente en la comida boliviana y andina desde tiempos inmemoriales.
Una polaridad que se complementa, así como la diablada y su presencia en el Carnaval de Oruro. Así como fuera de la mina se venera a la Virgen del Socavón o Candelaria dentro de ella es a El Tío o Supay a quien se le rinde honores.
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