Conocida como la montaña que come hombres, el cerro rico de POTOSI, La plata del cerro rico casi se ha agotado, pero eso no ha detenido la peligrosa explotación minera en POTOSÍ, Bolivia.
- La mineria es algo familiar en Potosí. Los Muhchachos pueden unirse a sus padres en el oficio en la adolescencia, mientras las madres y los hermanos más pequeños ayudan. La entrada a la mina de Caracoles también se utiliza como zona de juego. Las Familias tienden a vivir cerca de las minas para protegerse de los ladrones.
Santiago Quispe de 29 Años, hace un hoyo para colocar dinamita en Pailaviri, la mina más grande de la montaña. La silicosis, enfermedad respiratoria causada por el Polvo cargado de minerales, es una de las causas principales de la baja esperanza de vide: más o menos 45 años para los hombres en Potosí.
Trabajadores descansan para ir al carnaval La bulliciosa festividad, que dura un mes y antecede a la cuaresma, dedica una semana para celebrar a los mineros; alrededor de 10 000 viven en esta ciudad de 145 000 habitantes "Todos Somos hermanos", afirma uno de ellos.
En Potosí pueden ganar de 140 a 1,400 dólares Imaginando una fortuna, Basilio Julián examina un trozo de mineral de alta calidad. Con las minas agotadas tras siglos de extracción, es mucho más probable que él descubra una veta de estaño que una de plata.
La Camaraderia se extiende hasta la cancha cuando un equipo de la mina Socavón Hmabres celebra la conquista del campeonato en su liga.
Un espíritu colectivo perdura en la Plaza del Minero, donde una estatua conmemora a los mineros que se unieron durante la revolución Boliviana de 1952, que más adelante alentó la nacionalización de las minas del Cerro Rico de POTOSI. Los mineros de las coperativas reciben un porcentaje de las ganancias por su trabajo, y si los precios de los metales repuntan, ellos también se recuperan. Las calles cobran vida con la Música y la chicha, bebida alcohólica derivada de la fermentación del Maíz, elaborada y venida por las mujeres andinas desde hace siglos.
Alejandro Seco, de 50 Años, y sus hijos Arturo, de 19(izq.) y Milton, de 14(der.), hacen ofrendas a El Tío, espíritu ancestral que actúa como un capataz de otro mundo. Sin los regalos tradicionales de la coca, el alcohol y los cigarrillos, El Tío podría causar desastres; con los presentes, los mineros esperan encontrar riquezas.
Amontonados en un camión de plataforma, los mineros suben al Cerro Rico(Izq.). En El Interior de las minas, los carros cargados de Mineral a menudo son subidos a la superficie sin Ayuda de maquinaria, a veces con consecuencias mortales; en los estrechos túneles, los carros fuera de control pueden aplastar a los desprevenidos. Al volver a la superficie, los mineros limpian sus cuerpos cubiertos de hollín dentro de hendiduras sobre la ladera de la montaña. Los seres queridos rinden homenaje a los mineros que han perdido la vida. Desde el siglo XVI un número incalculable -estimado en millones- ha perecido en las entrañas del Cerro Rico, que se ha ganado el mote(chapa) de "La montaña que como hombres"
Cerro Rico, Imponente sobre un barrio de mineros, tiene un legado oscuro que va mucho más allá de Potosí: siglos de contaminación por metales pesados han dañado las cuencas hidrográficas de la región. Son peligrosas para la flora, fauna, ganado, gente y cultivos, explica el ingeniero William Strosnider, quien dirige un proyecto experimental para rehabilitar la zona.
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