"Estábamos pasando, hemos visto el letrero y nos hemos animado a entrar. Pensé que era broma, no sabía que de verdad habían salteñas nocturnas”, comenta Diana Olmos, de 26 años, quien junto a Rodrigo Dockwailer espera que le sirvan su pedido, adentro del local. Ambos muestran una sonrisa, que parece denotar felicidad y asombro.
"Acabo de ver el letrero afuera y hemos venido por curiosidad, se me ocurrió. La idea me pareció bien novedosa. Hablaba de esto con mis amigos y les decía: ‘Necesitamos salteñas en la noche’… me encantan”, dice Dockwailer. Éste considera que si te gusta un plato "puedes disfrutarlo en la mañana, en la tarde o en la noche”.
En el Diccionario de bolivianismos, de Jorge e Isabel Muñoz Reyes, se explica que llevan ese nombre porque las primeras, aparecidas en la ciudad de Sucre, el siglo pasado (XIX), las hacían dos señoras provenientes de la ciudad de Salta, Argentina. Por eso se llamaban "empanadas de las salteñas”.
En la actualidad, y desde hace mucho tiempo, la salteña se constituye en parte de la dieta diaria y casi obligada de quienes habitan La Paz o de quienes están de paso. Tanto prestigio tiene esta delicia, en forma de empanada con caldo caliente, que en el imaginario popular se dice que "quien sabe comer salteña sabe besar”.
Ramiro Cisneros -quien espera su salteña nocturna- cuenta que lo primero que hace al llegar a un cóctel es buscarlas. "Tradicionalmente las salteñas se comen de mañana, pero creo que a todos les gusta en la noche. Yo a veces me compro en la mañana para calentarlas en la noche”, comenta.
Cuando éstas llegan a la mesa de Ramiro, quien aparenta 60 años, él arquea las cejas, agarra una, le da un mordisco y después de unos segundos expresa: "Están bien ricas, son un poco pequeñas, pero ricas”.
Se trata de una salteña amarillenta, pequeña e hirviente. El primer mordisco delata su sabor tradicional, relata este comensal. Junto a él está David Flores, de 24 años. También es la primera vez que asiste a este sitio para comer una de estas empanadas.
"Es diferente sentarse en algún lugar, pedirlas y comerlas de noche. Me parece muy buena idea”, manifiesta David.
Una de las encargadas del local cuenta que la idea surgió para ofrecer algo distinto a los "amantes de las salteñas”. Explica que tienen otra sucursal en la 15 de Achumani, en la cual atiende el dueño, Roberto Renjel. El precio estándar es de seis bolivianos.
Ahora es de noche, afuera hace el frío que caracteriza a La Paz, cuando cae la noche.
El letrero blanco con letras iluminadas llama a propios y extraños a acercarse, ya sea por curiosidad o porque el hambre les llevó por esa ruta.
Salteñas nocturnas
Ubicación Una de las sucursales está situada en la plaza Kantuta de la avenida Montenegro, en San Miguel. La otra está en la calle 15 de Achumani.
Horarios Las Súper salteñas nocturnas atienden desde las 18:00 hasta las 21:00, de lunes a sábado en sus dos locales.
Costumbre La costumbre dicta que las salteñas se comen a media mañana. Sin embargo, con esta propuesta, se busca "cambiar la costumbre de comerlas sólo a media mañana”.
El emprendimiento de las Súper salteñas nocturnas es obra del ingeniero Roberto Renjel.
Fuente: Pagina Siete
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