“EKEKO, El ch´iti documental”. Un cortometraje animado
dirigido por Iván Castro y Franz Figueroa. La historia de este personaje
entrañable que es el alma de la Alasita, la famosa Feria de La Paz donde
renacen todas las esperanzas en las miniaturas que uno adquiere para que con el
tiempo se hagan realidad.
Con una duración de ocho minutos esta pieza de la animación
nacional es uno de los pocos - o quizás el único - de carácter documental que
combinado con mucha dosis de sano entretenimiento presenta la vida y obra del
pequeño fumador empedernido que no falla si se le es fiel. Producido por la
Cooperativa de Trabajo Animadores-Bolivia, la idea de este corto nació hace 6
años cuando Castro empezó a elaborar el guión nutrido de mucha información y
una investigación rigurosa que enriquece de un modo ideal una de las
tradiciones más arraigadas de la sociedad boliviana.
Iván Castro es uno de los incansables trabajadores de la
animación boliviana, él ha impartido desde hace más de diez años Talleres de
Formación en esta área del audiovisual que en la última década ha tomado mucha
fuerza en el país, el mayor ejemplo de esto es “La abuela grillo”, co-producida
por The Animation Workshop, Nicobis, Escorzo y la Comunidad de Animadores
Bolivianos.
En ambos casos, tanto en “EKEKO, El ch´iti documental” y en
“La abuela grillo” la música va jugar un rol fundamental. Ambos cortometrajes
van apoyarse en la tradición musical boliviana, en el trabajo de Castro, Saúl
Callejas junto a Josué Córdova componen la banda sonora que armoniza y
contextualiza con la propia historia que se nos narra, donde los datos
históricos son precisos y el relato con la voz en off de Marcela Ossío brinda
una atmósfera ideal para la comprensión del material. Es en “La abuela grillo”
que la propia Luzmila Carpio acompaña esta adaptación de un mito ayoreo que se
compromete contemporáneamente con el problema de la escasez de agua.
Además de Castro y Figueroa, los responsables de la creación
de esta nueva animación son Osmar Veneros, Adalid Mamani, Carlos Salazar y
Álvaro Quintanilla. Al ser un trabajo que no se aleja del entretenimiento y el
cual no pretende descontextualizarse con una intención únicamente pedagógica,
este pequeño documental juega con la ironía y la realidad. Porque el Ekeko es
en sí una ironía, una mofa del propio Sebastián Segurola, autoridad de la
Colonia en La Paz.
Fuente: CinemasCine
Ritual auténtico con la energía del Ekeko.
ResponderEliminarSeriedad y garantía.
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